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El polémico reglamento que abrirá las puertas a inmigrantes

  • Miércoles 27 de abril de 2022
  • 19:09 hrs

El polémico artículo eliminado evitaba la entrega de permisos de 8 meses renovables a personas que no cabían en la calidad de refugiados

Esta semana se publicó en el Diario Oficial la eliminación del reglamento que evitaba el ingreso a Chile de personas no “refugiadas”, que había puesto en marcha, en enero de este año, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera como una forma de controlar la grave crisis migratoria que azota al norte del país. Así, con la eliminación del artículo 37 bis, se abren las puertas a la inmigración desatada, pues, ningún tratado internacional sostiene el deber de los países de acoger a personas sin trabajo.

El polémico artículo eliminado evitaba la entrega de permisos de 8 meses renovables a personas que no cabían en la calidad de refugiados, como extranjeros que hubieran vivido por 3 años o más fueran de sus países de origen, o que los abandonaran por razones laborales. Así se abrirá la puerta a la inmigración por razones no humanitarias, contrario a tratados internacionales y a la sentida demanda de las personas que viven en la zona norte, especialmente en Iquique, donde se ha visto el peor rostro de la crisis migratoria.

 "A partir del informe señalado en el inciso anterior, el subsecretario del Interior podrá resolver, mediante resolución fundada, la no formalización de la solicitud de reconocimiento de la condición de refugiado, por resultar ésta manifiestamente carente de fundamento. Esta facultad podrá ser delegada en el Director Nacional de Migraciones”.

 Según dijo el ex director del Servicio de Migraciones de la administración Piñera al medio Ex-Ante, Álvaro Bellolio “El refugio es una de las instituciones más importantes de cualquier país, por eso es relevante cuidarlo. Por ocupar este mecanismo de protección para regularizar ingresos clandestinos o cambiar de visa, cuando por ejemplo el extranjero ha vivido más de 2 años fuera de su país y su única necesidad es laboral y de acceso a mejores servicios, finalmente termina dificultando el acceso a personas que sí necesitan protección del Estado, como perseguidos políticos, mujeres afganas o ciudadanos ucranianos que escapan de la guerra. Lamentablemente la visión de que cualquier persona sin trabajo merece refugio escapa a todos los tratados internacionales y es un claro abuso a esta institución”.