En mayo de 2012, Siomara de 11 años, comenzó a sufrir un paro cardiorrespiratorio en su casa. Ante esto, su hermana Ivonne, llamó al 131, le dijeron que no la moviera que esperara a que llegara la ambulancia. Sin embargo, pasaron los minutos y el vehículo nunca llegó.
Finalmente, su propia familia tuvo que llevarla en auto, paradójicamente se encontraron con dos ambulancias que iban en dirección a su casa, pero ya no hacía falta. La familia no llegó a tiempo y Siomara terminó por fallecer. ¿Qué pasó? Quien debía manejar la unidad, decidió continuar almorzando pese que se le llamó por radio.
Producto de la negligencia, la madre hizo las respectivas denuncias, la primera vez sin obtener respuestas, sin embargo el 11 de noviembre de este año, su causa fue acogida y la Corte Suprema ordenó al Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota a pagarle 20 millones de pesos.
Al mismo tiempo, se contempló el sumario administrativo al que fue sometido el chofer de la unidad de urgencia, el cual terminó con la medida disciplinaria de 30 días de suspensión con pago de un 70% de su remuneración.